Si eres mexicano y radicas en el exterior, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) y el Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME), te informan sobre lo que debes hacer para abrir una cuenta de depósito en un banco de México. 

Toma en cuenta que por disposición oficial, las instituciones deben considerar la Matrícula Consular como documento válido de identificación personal, que expiden las autoridades mexicanas de tu lugar de residencia. 

Para tener una cuenta en México, los bancos te solicitarán además de la matrícula, un comprobante de domicilio para recibir correspondencia en México y un domicilio del lugar de residencia en el exterior, a fin de registrarlo en tu expediente.  

Te sugerimos que antes de elegir una institución o alguna cuenta de banco,  preguntes si están disponibles para personas que residen en el exterior y que compares costos y servicios, ya que de acuerdo con el tipo de cuenta que contrates, podrás realizar pocas o muchas operaciones. 

Si el importe mensual de los depósitos que planeas realizar es menor a 15 mil pesos (3,000 UDIS), considera una cuenta de depósito simplificada o de nivel 2, y para ello es importante que tengas en cuenta lo siguiente: 

·         Podrás abrir la cuenta en las sucursales de los bancos en donde te solicitarán lo siguiente: Nombre Completo, Fecha de Nacimiento, Domicilio en México y una identificación que puede ser la Matrícula Consular, a fin de confirmar tu nombre y fecha de nacimiento.

·         En caso de que abras tu cuenta con instituciones "corresponsales" como Telecomm, tiendas de conveniencia, farmacias, etc., te solicitarán lo siguiente: Nombre Completo, Género, Entidad Federativa de Nacimiento, Fecha de Nacimiento y tu Domicilio en México, así como una identificación que puede ser la Matrícula Consular.

·         Se te hará entrega de una tarjeta de débito y tu CLABE que podrás utilizar para recibir y realizar transferencias incluyendo la "domiciliación" para el pago automático de servicios.

Si no quieres tener ninguna restricción en el importe de los depósitos que deseas realizar mensualmente, considera una cuenta de depósito tradicional (sin límite en el monto de depósitos o saldo de la cuenta), para lo cual toma en consideración lo siguiente:

 

·         Únicamente podrás abrir la cuenta en las sucursales de los bancos. Te solicitarán documentación e información como: Nombre Completo, Género, Fecha de Nacimiento, Entidad Federativa de Nacimiento, País de Nacimiento, Nacionalidad, Ocupación, Domicilio del lugar de residencia, Número de Teléfono, Correo Electrónico, etc.

Asimismo, la institución te solicitará una identificación oficial para lo cual, podrás utilizar tu Matrícula Consular, CURP, Comprobante de Domicilio con antigüedad no mayor a tres meses y deberás llenar una solicitud de apertura de la cuenta. 

·         Se te hará entrega de una tarjeta de débito y, en su caso, una chequera.

·         Te entregarán tu CLABE, que podrás utilizar para recibir y realizar transferencias de fondos dinero, incluyendo la ?domiciliación? para el pago automático de servicios.

·         Podrás realizar operaciones por Internet y Teléfono Móvil.

·         Si necesitas que tu familiar tenga una tarjeta adicional, podrás solicitarla.

Es importante mencionar que algunos de los servicios antes mencionados, pueden  generar una comisión, por lo que te recomendamos la Cuenta Básica para el Público en General. Esta cuenta no genera comisiones, ni requiere de un monto mínimo de apertura, sin embargo, deberás cumplir con el "saldo promedio mensual mínimo" requerido, que te indique la institución con la que contrates. 

Entre los servicios mínimos que ofrece son: Te otorga una tarjeta de débito, puedes depositar dinero por cualquier medio, puedes realizar retiros y consultas en ventanillas de las sucursales y cajeros automáticos operados por la institución bancaria, así como pagar bienes y servicios en negocios afiliados. 

Recuerda que cuando contrates cualquier cuenta de depósito, te recomendamos  designar a tus beneficiarios para que, en caso de fallecimiento, ellos puedan disponer de los recursos de la cuenta.